
Cualquier hábito saludable que se fomente en los niños es una inversión en su futuro. Principalmente porque una buena relación con la comida, basada en el equilibrio, la moderación y la aceptación (o no estigmatización) de los alimentos, puede marcar la diferencia en su desarrollo físico y emocional. Bien es cierto que la teoría es muy sencilla pero el problema empieza cuando hay que ponerla en práctica. Porque enseñar a los más pequeños a comer está muy bien, pero nadie dijo que fuera fácil.
En este artículo, queremos explorar las claves para inculcar hábitos saludables desde la infancia y para ello contamos con la participación de Luján Soler, Dietista-nutricionista y decana de Codinma, Elizabeth Custo, Coach de Trastornos de la Conducta Alimentarios certificada por la Eating Disorder Intuitive Therapy (EDIT)™ y Dietista integrativa y Melyssa Chang, Dietista Nutricionista.
Según Luján Soler, la educación nutricional debería ser un pilar fundamental en nuestra sociedad:
«Los nutricionistas tendrían que enseñar a los peques en Infantil, luego en Primaria, en Bachiller y en las universidades. También a los padres, que son quienes compran y preparan los alimentos. La educación nutricional es clave para la salud pública.»
Introducir conceptos básicos de nutrición en las aulas puede ayudar a los niños a entender desde pequeños qué significa comer de manera equilibrada y aceptar e incluir todo tipo de alimentos como parte de su dieta. Porque esto no solo va a favorecer su salud a corto plazo, sino que también les va a aportar herramientas muy útiles para tomar decisiones conscientes a lo largo de su vida.
Ahora es el momento en el que sacamos a relucir una reflexión que nos afecta a todos, porque los padres y cuidadores juegan un papel fundamental, ya que son los principales modelos a seguir. Pero ¿estamos preparados nosotros, los adultos, para asumir esa responsabilidad? Por ello, es crucial que también nosotros recibamos esa formación sobre cómo ofrecer una dieta equilibrada y transmitir hábitos saludables a nuestros hijos. La dietista nutricionista Melyssa Chang, en su charla para #SomosNutrisensatos, advierte de la necesidad de formación en educación nutricional, una asignatura pendiente para la sociedad.
La psicóloga, Elisabeth Custo, propone una perspectiva muy diferente para abordar esta educación y lo hace desde la manera en la que hablamos sobre la comida y su relación con el cuerpo:
«En lugar de juzgar y etiquetar los alimentos, podemos apostar por hablar en términos neutros. Es importante no clasificar los alimentos como ‘sanos’ o ‘no sanos’, ‘procesados’ o ‘no procesados’.»
Este enfoque ayuda a evitar que los niños desarrollen una relación negativa con ciertos alimentos, lo que puede desembocar en ansiedad o restricciones innecesarias. Además, Custo destaca la importancia de cuidar el cómo hablamos de nuestros propios cuerpos y los de nuestros hijos:
«No deberíamos juzgar nuestros cuerpos ni los suyos con adjetivos como ‘gordo’ o ‘delgado’. La educación debe partir desde una neutralidad corporal.»
Este enfoque fomenta una autoestima saludable y una relación positiva tanto con la comida como con la imagen corporal, protegiendo a los niños de posibles trastornos alimentarios en el futuro.
Inculcar hábitos saludables en los niños no consiste únicamente en enseñarles qué comer, sino también a cómo relacionarse con la comida y con su cuerpo desde el respeto y la neutralidad. Por eso, la educación nutricional, tanto en casa como en la escuela, y un enfoque libre de juicios son herramientas esenciales para lograrlo.